EL COSTO DE LA INTERNET
La Internet logró mantenerse
en forma a la vez que se expandía pero, ¿perjudicará
este continuo crecimiento el delicado equilibrio entre el ancho
de banda y los costos?
¿Se derrumbará la Internet?
¿Irá decayendo lentamente durante los próximos
6 a 12 meses hasta que ya no valga la pena utilizarla? ¿O
los diestros brujos y sacerdotes tecnológicos que llevan
constantemente los paquetes de datos de un lado al otro seguirán
desarrollando y desplegando tecnología y recursos para
mantenernos medianamente alejados de la calamidad? Obviamente,
nadie lo sabe. En realidad, no todos están de acuerdo con
la idea de que se avecina un colapso (ver "Communications
Breakdown", pág. 46#). Es fácil comparar a
la Internet con un péndulo que tiene un ciclo relativamente
rápido. Se produce una explosión de su uso, o de
usuarios, o de cualquier otra cosa, las cosas empeoran por unas
semanas o unos meses, luego alguien aparece con un paquete de
hardware o líneas de telecomunicaciones para solucionar
el problema y mejora la situación... hasta el próximo
movimiento oscilatorio. En los últimos tres o cuatro años,
vimos muchos de estos ciclos. Tal vez esto siga así para
siempre...
...O tal vez no. Estos ciclos tienen
una tendencia preocupante. En primer lugar, cada vez cuesta más
dinero solucionarlos. Cuando un punto de acceso a la red (NAP,
donde los grandes proveedores de Internet se encuentran para intercambiar
paquetes) necesita actualizarse, hay un montón de dinero
que tiene que pasar de mano en mano para que todos aumenten de,
por ejemplo, líneas de 45-Mbps a líneas de 155-Mbps
(Por supuesto, no todos tienen que actualizarse al mismo tiempo).
En Segundo lugar, los ciclos están
empezando presionar más y más los límites
de la tecnología que tenemos disponible. La Internet es
el experimento más veloz y más grande del mundo
en el intercambio de paquetes. No existen pruebas de limites de
transmisión de datos internos en una empresa que pueda
compararse con la clase de volúmenes masivos de datos que
viajan por la Red. Cuando uno no compra más que lo último
en hardware, no queda demasiado lugar para el crecimiento. En
el núcleo de la Internet, están las cajas de conexión
mas grandes y exigidas tecnológicamente que puedan encontrarse
(ver: "How the Internet Works, pág. 54#). En realidad
tienen lugar para crecer: incluso tal vez para duplicar el tráfico,
pero en la forma en que crece la Internet, estamos hablando de
6 o como mucho 12 meses mas de margen.
El núcleo de la Internet
está equilibrado precariamente gracias a los talentos de
un pequeño número de empresas y a los sagaces genios
que trabajan para ellas. Aunque todos los proveedores tienen una
oportunidad para vender hardware, siempre aparecen los mismos
nombres: los routers son de Cisco, los navegadores de Netscape,
los servidores de dominio son de BIND (Berkeley Internet Name
Domain), por nombrar algunos. Los pequeños defectos e ineficiencias
podrían hacer que se derrumbara delante de nosotros. Por
otro lado, todo este software y hardware fue probado una y otra
vez en situaciones reales y es poco probable que cambie repentinamente.
Todo esto significa que el péndulo
continuará oscilando, y los movimientos serán mayores
que antes. Si usted espera servicio de calidad empresarial en
la Internet, olvídese de que ocurra en el corto plazo.
Las cosas definitivamente mejorarán pero no antes de que
empeoren.
Por eso, ¿por qué no
podemos estabilizar el péndulo y hacer que el crecimiento
y la calidad del servicio vayan de la mano? Es un problema sin
solución debido a la complejidad de la Internet. Hay muchos
factores en juego. Por cada fuerza que intenta hundir a la Internet,
hay otra tratando de salvarla. En tanto estas fuerzas no alcancen
el equilibrio, la Internet continuará con períodos
de confusión que se equilibren con momentos de gran esplendor.
No existe límite físico
para el crecimiento, calidad o la facilidad de uso de la Internet.
Mantener la Red en perfecto funcionamiento no es una tarea desalentadora
si se la compara con cuestiones como viajar a las estrellas o
llevar la paz a Medio Oriente. Las respuestas no son necesariamente
obvias, pero no hay motivo para que una red internacional no pueda
ser rápida, económica, confiable y segura. Si contáramos
con suficientes recursos para afrontar el problema, tanto los
cortes como las demoras y las interrupciones podrían reducirse
al mínimo. Pero se trata de una gran incógnita,
ya que no tenemos garantías de que la terrible ineficiencia
de la Web pueda compensarse para siempre con un tremendo talento
de la ingeniería.
Las concesiones y conflictos en
Internet pueden entenderse si se consideran las distintas fuerzas
como una serie de curvas de crecimiento. Una curva mide el crecimiento
en servicios y en el tráfico. Con la cantidad de gente
que se conecta a tecnologías cada vez más veloces,
aumenta la demanda por ancho de banda de la Internet. La carga
de tráfico aumenta y la capacidad existente llega al límite.
Hay otros factores de composición, pero el elemento clave
es el crecimiento, tanto en la demanda como en el uso.
La otra curva importante representa
las ganancias que obtienen las empresas que pagan por los diversos
servicios de Internet como resultado de su inversión. Preste
atención a todos las herramientas de búsqueda e
índices principales como también a las fuentes centrales
de información como las noticias o las cotizaciones de
la Bolsa. A menos que asienten los costos como gastos de marketing
y relaciones públicas, estas empresas necesitan obtener
una ganancia para seguir financiando estos servicios. El único
buscador importante que no es un proyecto netamente comercial
es Alta Vista, y esto se debe a que no es más que una mera
publicidad del software y hardware increíblemente veloces
que produce Digital.
FINANCIANDO LA RED
Hay 100 formas distintas de ganar
dinero y, de paso, financiar la Internet, pero todas terminan
en el simple hecho de que alguien, en alguna parte, tiene que
pagar. Un arancel mensual de acceso a la Internet equivalente
a u$s 19,95 sólo cubre los recursos que se consumen a nivel
local. Solamente una ínfima parte del mismo cubre las necesidades
de la infraestructura.
No es cuestión de que la
Internet necesite o no que la financien; es una cuestión
de quién la paga, de cómo se va a dividir el dinero,
de cuánto y con qué frecuencia va a pasar de mano
en mano. Supuestamente, los que pagan las grandes facturas ven
algún retorno a su inversión.
Aquí hay dos curvas clave:
la curva en la demanda de servicios y la curva en la inversión
para crear y brindar estos servicios. Mientras la primera se mantenga
por debajo de la segunda, lograremos un equilibrio permanente
y la Internet será tan ágil como mi viejo Volvo:
con sacudidas ocasionales, un poco de mimitos en una mañana
fría y un estilo en general utilitario.
Si la gente que está pagando
las grandes facturas y afrontando los llamativos servicios pierde
la atracción por la Internet, las cosas podrían
ponerse difíciles y las cartas anunciarían un colapso.
Tendríamos una Internet en la cual el correo electrónico
seria excelente, pero los servicios de Web de alto contenido
y volumen serian cosa del pasado.
Por supuesto, muchas de las empresas
que invierten dinero en la Internet no tienen ni idea de lo que
están haciendo o por qué lo están haciendo,
y tal vez dejen de hacerlo. Los esquemas Ponzi de alta tecnología,
las campañas de marketing pobremente diseñadas,
y las expectativas erróneamente dirigidas tendrán
su precio, y alguna gente --que probablemente no extrañemos--
abandonará al grupo.
Otro motivo por el que vemos a tantos
eruditos predecir la inminente muerte de lo que tanto queremos
es el hecho de que el tema de la calidad del servicio nunca fue
abordado en la Internet. ¿Cuánto caudal de tiempo
de procesamiento, tiempo de servicio y demoras en al conexión
(latency) es aceptable?
Para aquellos de nosotros que hemos
estado aquí durante 15 años, la idea de poder transferir
un archivo de 1MB de costa a costa en unos minutos es asombroso.
No me importa si tardo 10 segundos o 10 minutos: cualquier cosa
es mejor que esperar 24 horas hasta que un servicio de correo
nocturno entregue las cintas magnéticas.
Por otra parte, están aquéllos
que se quejan cuando el viaje de ida y vuelta de un paquete entre
sus escritorios y la central de sus empresas alguna vez supera
los 100 milisegundos (mseg). Para esos usuarios, una demora de
350 mseg. es prueba suficiente de que la Internet está
al borde del colapso total.
De hecho, la razón por la
que el péndulo de la Internet oscila de esta manera es
porque la Red definitivamente trabaja casi al límite. Es
parte del objetivo de diseño de todo el sistema.
Una razón por la que los
usuarios comerciales se han congregado en la Internet es que increíblemente
más económico que diseñar su propia red de
área amplia (WAN o Wide Area Network). Sin embargo,
la razón por la que resulta tan barato usar la Internet
es que el servicio no es muy tolerante a la fallas, las líneas
se operan a su máxima capacidad, las operaciones de red
generalmente dejan mucho que desear y, para que funcione bien,
la red depende de la buena voluntad y de los servicios que se
donen. La Internet podría ser más confiable y segura
como para que uno se jugara por ella, pero no sería la
Internet... sería otra cosa, algo mucho más caro.
¿Qué se puede hacer?
No demasiado. Básicamente, ser un capitalista con ideas
"ambientalistas". Apoyar a las empresas que hacen cosas
en la Internet que a usted le gustan y, por sobre todo, asegurarse
de que la gente se entere de que a usted le gusta lo que hacen.
Usar proxy servers si es posible y pedirle a su proveedor
que los utilice. No derroche ancho de banda; utilice los recursos
"gratuitos" de la Internet en forma mesurada e inteligente
(ver "Internet for a small planet", pág. 76#).
Sea un buen ciudadano y la red estará allí cuando
la necesite.
Joe Snyder (jms@opus1.com) es
un socio senior de Opus One en Tucson, Arizona.
Ilustración por Lance Jackson